Hola Yogui y Yoguini,
 
Hoy voy a hablarte del primer y segundo paso de los Yoga Sutras de Patanjali: los Yamas y Niyamas. Según Patanjali, son el código de conducta ético y moral que se ha de seguir antes de empezar a practicar Asanas. Los Yamas son los principios éticos universales para vivir en sociedad y los Niyamas son las conductas morales con uno mismo.
 
Yamas.
 
Ahimsa. El primer Yama.
 
Ahimsa hace referencia a la no violencia y el respeto a la vida. Es decir, no hacer daño ni físico ni psicológico a ningún ser vivo del planeta. No solo con nuestras acciones, tampoco con nuestras palabras ni con nuestros pensamientos.
 
Para mí, esto se traduce en cultivar el amor. Cuando vivimos en esa vibración, la vibración del amor, es muy difícil que queramos hacer daño a otros. 
 
Pero este concepto es muy amplio y va más allá de la no violencia hacia los demás.
 
También hace referencia al cuidado de uno mismo. A querernos y aceptarnos como somos. A no infravalorarnos con nuestros pensamientos y a no maltratar a nuestro cuerpo, por ejemplo, con una mala alimentación o con el consumo de drogas.
 
Cuando llevamos este concepto a la esterilla, se traduce en ser respetuosos con nuestra práctica. No forzar nuestro cuerpo en las Asanas, llegar hasta donde podamos en ese momento y parar cuando nuestro cuerpo nos lo pida. En definitiva, aprender a escuchar a nuestro cuerpo.
 
Como puedes ver, es uno de los Yamas más bonitos. Te invito a que empieces a practicarlo desde ya, dentro y fuera de la esterilla. 
 
Satya. El segundo Yama.
 
Satya se traduciría como “verdad” o “no mentir”. Para mi, es difícil de explicar todo lo que abarca este concepto. No se trata únicamente de decir lo que pensamos que es verdad. Esa solo es “nuestra verdad personal” y no una “verdad universal”. 
Y esa “verdad” puede hacer daño a la otra persona y estaríamos incumpliendo Ahimsa (no violencia), el primer Yama.
 
Por lo tanto, creo que lo primero que deberíamos hacer, es buscar dentro de nosotras cual es nuestra verdad. Como somos sin condicionamientos, sin creencias y sin limitaciones y por supuesto, aceptarnos tal y como somos.
 
Así, primero tenemos que recorrer el sendero del autoconocimiento y ser honestas con nosotras mismas. Y desde ahí, desde ese estado de paz interior que habremos generado, podremos ser honestas con los demás.
 
Cuando llevamos este concepto a la práctica de Yoga, podemos empezar a ser sinceras con lo que nos apetece hacer o no en ese momento. Lo que salga desde dentro. Y si estás en una clase dirigida, haz solo lo que resuene contigo en ese momento.
 
Asteya. El tercer Yama.
 
Asteya significa “no robar”. Todas entendemos que robar es apropiarse de lo que no es nuestro, lo que le pertenece a otra persona.
 
Pero este concepto abarca mucho más que lo meramente material, también se aplica nivel emocional y energetico. Podemos robar el tiempo de otra persona cuando llegamos tarde a una cita. Podemos robar una idea al plagiar o copiar un texto. Podemos robar sueños cuando juzgamos los objetivos de los demás, simplemente por no llevar el mismo rumbo en la vida. Podemos robar la energía de otra persona cuando solo nos centramos en lo negativo. 
 
Y también podemos “robar” a la madre naturaleza cuando desperdiciamos los recursos que nos pone a nuestro alcance.
 
Te invito a que a partir de ahora, pienses en Asteya a la hora de relacionarte con el mundo. Y vayas haciendo poco a poco pequeños cambios para intentar cumplir este Yama.
 
Brahmacharya. El cuarto Yama.
 
Este Yama es muy controvertido en occidente ya que se suele traducir como abstinencia sexual. Pero esa traducción hoy en día se ve simplista y errónea.
 
Es más acertado interpretarlo como control de la energía o moderación. En muchísimas ocasiones desperdiciamos nuestra energía hablando con personas que no nos entienden o simplemente hablando más de la cuenta. O haciendo cosas que en realidad no queremos hacer, solo por que socialmente “es lo que hay que hacer”. Y eso también nos puede pasar en el plano sexual.
 
Y así nos pasamos la vida, malgastando uno de nuestros más preciados tesoros: nuestra energía. 
 
Si lo llevamos a la esterilla, lo podemos interpretar como realizar una práctica moderada que esté en nuestra mano. Que nos llene de energía y no nos vacíe.
 
Aparigraha. El quinto Yama.
 
El quinto y último Yama es Aparigraha. Se traduce como desapego, no acumular.
 
Este concepto es fácil de entender a priori, pero en una sociedad altamente materialista como la nuestra, es muy difícil de llevar a la práctica.
 
Las posesiones, ya sean tangibles como un coche o no tangibles como un puesto de trabajo, nos proporcionan un placer momentáneo. Y normalmente suele ir acompañado de inconformismo, cuánto más tenemos, más queremos. Parece que nada es suficiente para alimentar nuestro hambre materialista.
 
Y eso se traduce en sufrimiento, mucho sufrimiento disfrazado de ansiedad, ira o miedo. 
 
Tenemos miedo de perder un trabajo o a nuestra pareja, tenemos ansiedad cuando nos comparamos con los demás o tenemos ira cuando no conseguimos lo que queremos. Por poner algunos ejemplos.
 
Aparigraha implica aceptar el cambio y la impermanencia, y reconocer que pocas cosas en este mundo es para siempre. Es importante tener en cuenta que Aparigraha no significa rechazar por completo las posesiones o las relaciones, sino más bien adoptar una actitud de desapego saludable y equilibrada. Se trata de valorar lo que tenemos sin aferrarnos a ello, y reconocer que nuestro bienestar proviene de nuestro ser interior y nuestra conexión con el mundo que nos rodea.
 
Si lo llevamos a la esterilla, lo podemos interpretar como desapego al resultado de tu práctica o de tu “no práctica”.
 
Niyamas.
 
Saucha. Primer Niyama.
 
Saucha se traduce comúnmente como “pureza” o “limpieza”. Se refiere a la práctica de la purificación en todos los niveles: físico, mental y espiritual.
A nivel físico, Saucha implica mantener la limpieza y la higiene del cuerpo. Esto incluye cuidar la salud física a través de los tres pilares clave: una alimentación adecuada, ejercicio físico y descanso. También implica mantener limpios y ordenados nuestros espacios físicos, como nuestra casa, el lugar de trabajo o el espacio de práctica.
A nivel mental, podemos deshacernos de los pensamientos y emociones negativas. Y, a su vez, intentar cultivar pensamientos positivos, compasión, gratitud y amor hacia uno mismo y hacia los demás. 
Saucha también se extiende al nivel espiritual, implicando la purificación de nuestra conciencia. Esto podemos conseguirlo a través de la meditación o la auto-reflexión.
 
Santhosa. Segundo Niyama.
 
Santhosa se traduce como “contentamiento” o “satisfacción”. Se refiere a la actitud de encontrar alegría y satisfacción en el momento presente, sin depender de circunstancias externas para nuestra felicidad. Implica aceptar y estar en paz con lo que tenemos y con nuestra situación actual, sin buscar constantemente la gratificación en cosas materiales, logros externos o comparaciones con los demás.
 
En definitiva, nos invita a poner el foco en todo lo bueno que tenemos en nuestra vida y no en lo que “nos falta” o “creemos que necesitamos” para lograr esa felicidad plena.
No hay que confundir este concepto con conformismo o resignación, podemos tener planes, luchar por nuestros objetivos y seguir en nuestro camino de crecimiento personal, pero sin la falsa creencia de que cuando consiga algo voy a tener una vida mejor, más plena o voy a ser más feliz.
 
Podemos trabajar este concepto dando gracias a la vida por todo lo que tenemos, e intentando estar en el aquí y el ahora cada día un poquito más, ya que como dice Eckhart Tolle, el presente es lo único que existe.
 
Tapas. Tercer Niyama.
 
Este Niyama se refiere a la práctica de la autodisciplina y el esfuerzo consciente para trabajar en uno mismo. Nos habla de cultivar la fuerza de voluntad y el compromiso personal para superar los obstáculos internos y externos en busca de crecimiento.
Tapas implica enfrentar y trascender las propias limitaciones y comodidades para lograr un crecimiento personal. Esto lo podemos conseguir a través de la práctica de yoga, el estudio de textos sagrados, la asistencia a retiros espirituales o cualquier otra forma de trabajo interior que nos ayude a crecer personal y espiritualmente.
 
Svadhyaya. Cuarto Niyama.
 
Se refiere tanto al conocimiento o “estudio” como al autoconocimiento o “autoestudio”. El conocimiento se refiere al estudio de las escrituras sagradas, como los textos del yoga, los Vedas, los Upanishads, los Yoga Sutras de Patanjali, o cualquier otro texto espiritual relevante. Pero no solo estudiarlos, sino que también interiorizarlos y aplicarlos a nuestra propia vida y práctica espiritual.
 
Cuando habla de autoconocimiento hace referencia a la exploración y el conocimiento profundo de uno mismo, incluyendo los aspectos físicos, mentales, emocionales y espirituales de nuestra existencia. Nos invita a cuestionar y desafiar nuestras creencias limitantes, a cultivar la autenticidad y a alinearnos con nuestro verdadero ser.
 
Ishvara Panidhana. Quinto Niyama.
 
Se traduce como “devoción”, pero no necesariamente a un Dios ni a una religión. La práctica de Ishvara Pranidhana es personal y se adapta a las creencias y valores individuales, es una invitación a encontrar una conexión espiritual más profunda. Puede traducirse como soltar el control y confiar en el orden natural del universo o también podemos recitar mantras, hacer ofrendas o dedicar nuestras acciones a lo divino. 
 
Como puedes ver, al final este Niyama se adapta a cada persona, invitándonos a vivir en armonía con la vida, fluir con los acontecimientos que van sucediendo en nuestras vidas y confiar en que a veces las cosas que nos pasan tienen un motivo que en un principio no somos capaces de ver.
 
Espero que hayas disfrutado de la lectura y que entiendas un poquito mejor estos conceptos básicos de la filosofía del Yoga.
 
Un abrazo.
Marta

Dejar un comentario